En un mundo donde el 70% del agua potable se destina a la agricultura y gran parte de los insumos químicos terminan contaminando el suelo, el aire y nuestros alimentos, una startup busca romper con este modelo insostenible. Desde Argentina, y ahora desde México, Mili Romano lidera Vexxel, una empresa de biotecnología que encapsula innovación en forma de nanocápsulas inteligentes. En esta entrevista, Mili nos comparte cómo su tecnología reduce hasta en un 90% el uso de químicos agrícolas, los retos de emprender en una industria tradicional, y por qué el cambio debe venir tanto desde el campo como desde los laboratorios.
Mili Romano, cofundadora y CEO de Vexxel
Efecto Disruptivo conversa con Mili Romano, una emprendedora argentina radicada en México, cofundadora y CEO de Vexxel, una startup de biotecnología que está transformando la forma en que se aplican insumos agrícolas. En esta entrevista, Mili nos comparte su recorrido emprendedor, los retos de innovar en el agro, la importancia del agua y cómo su empresa busca reducir el uso de químicos en el campo a través de nanotecnología.
ED:¿Quién es Mili Romano y cómo llegaste al ecosistema emprendedor?
Soy Mili, soy de Argentina y actualmente vivo en México. Llevo más de 10 años en el ecosistema emprendedor. Siempre he creído que todos tenemos una responsabilidad con el mundo: si podemos aportar algo para mejorarlo, tenemos que hacerlo. En mi caso, encontré en el emprendimiento una herramienta poderosa para generar impacto.
Estudié negocios, pero toda mi familia se dedica a la agricultura, así que desde muy chica estuve en contacto con el campo. Siempre me preocupó el uso del agua en la agricultura. El 70% del agua potable del mundo se destina a esta actividad, y muchas veces no para regar, sino para transportar químicos. Eso termina contaminando el agua. Por eso decidí actuar.
ED: ¿Cómo nace Vexxel y cuál es su propuesta de valor?
Vexxel nació con la idea de aportar a una agricultura más sustentable. Aunque llevamos uno o dos años en el mercado, nuestra tecnología tiene detrás más de 20 años de investigación científica. Mi cofundadora es científica y lleva décadas desarrollando esta solución.
Lo que hacemos es muy sencillo de explicar, pero muy potente: desarrollamos una nanocápsula inteligente que se aplica junto con los insumos agrícolas. Esta cápsula se queda en espera, y solo libera el químico o compuesto activo cuando detecta que la planta realmente lo necesita. Así evitamos aplicar químicos innecesarios, que muchas veces se pierden en el suelo, el agua o el aire.
ED: ¿Qué problemática específica buscan resolver?
Actualmente, el 95% de los químicos que se aplican en la agricultura se desperdicia. Esto contamina el ambiente y reduce la fertilidad del suelo. De hecho, el 30% del suelo agrícola ya no sirve para cultivar. Y si seguimos usando más químicos para producir, sin mejorar la calidad del suelo, entramos en un círculo vicioso.
Además, los alimentos que hoy se producen tienen menos valor nutricional. Por eso necesitamos tantos suplementos. La calidad del agua y del suelo impacta directamente en la calidad de lo que comemos.
ED: ¿Cómo funciona exactamente esta nanocápsula?
Nuestra nanocápsula es como una caja diminuta, invisible al ojo humano, hecha con proteína. Es orgánica, no tóxica y no genera respuesta inmunológica. Dentro lleva el compuesto activo —puede ser químico o biológico— y en su superficie tiene sensores que detectan patógenos.
Cuando el sensor detecta una amenaza como un hongo o bacteria, la cápsula se abre y libera el contenido. La aplicación en el campo se hace igual que cualquier otro producto; el productor no necesita maquinaria especial ni cambiar sus prácticas.
ED: ¿Por qué decidieron enfocarse primero en berries?
Podríamos trabajar en muchos cultivos, pero decidimos comenzar con berries porque es un segmento donde el uso de químicos y agua es muy alto. Para darte una idea, mientras que en soja se usan 30 litros de agua por hectárea, en berries se utilizan 600. Además, es un cultivo de exportación, con regulaciones muy estrictas, lo que lo convierte en un excelente caso de uso para validar nuestra tecnología.
ED: ¿Cómo ha sido la recepción de la industria química y los productores agrícolas?
En Vexxel no estamos en contra de la industria química. Al contrario, buscamos colaborar con ella para que evolucione hacia prácticas más sostenibles. Sabemos que las grandes empresas ya han invertido miles de millones en desarrollar sus formulaciones, y no pueden cambiarlas de un día para otro.
Lo que ofrecemos es una solución que les permite usar menos químico, manteniendo la eficacia, sin necesidad de rediseñar todo desde cero. Por ejemplo, con nuestra tecnología, un fungicida que hoy tiene 90% químico puede reducirse a solo 10%, y seguir funcionando cuando la planta lo necesita.
Por el lado de los productores, la adopción viene impulsada por las nuevas regulaciones y por los distribuidores que les exigen prácticas más responsables. Pero también por un factor clave: nuestra tecnología les permite reducir sus costos hasta en un 60%, mejorando sus márgenes.
ED: ¿Qué desafíos enfrentaron como startup en biotecnología agrícola?
Muchísimos. Emprender en biotecnología es costoso, y el agro es una industria lenta. Por eso, desde el inicio, apostamos fuerte al networking. Nos rodeamos de personas clave, e incluso nuestros inversionistas ángeles son actores estratégicos en esta industria.
También entendimos que, si queríamos movernos rápido, debíamos lanzar un producto propio. Así que desarrollamos nuestro propio compuesto activo biológico y lo encapsulamos para comercializarlo directamente, sin esperar las aprobaciones de terceros. Eso nos permitió probar el modelo más rápido y validar la tecnología.
ED: ¿Cómo operan actualmente en México?
Tenemos producción en México, en alianza con empresas de fermentación. Estamos trabajando con grandes productores de berries como Hortifrut y Triscols, y también con Bercor, una fintech que nos ayuda a facilitar la comercialización, especialmente en temas de flujo de efectivo. Contamos ya con el permiso comercial para operar en el país.
ED: ¿Qué recomendaciones le darías a alguien que tiene una idea innovadora pero no se anima a emprender?
Primero, que se animen. Muchas ideas geniales se quedan en el aire por miedo a empezar. La realidad es que los desafíos verdaderos aparecen cuando ya estás en marcha, y ahí es donde uno crece.
Segundo, construir una red de apoyo. Emprender es caerse constantemente. No es lo mismo caer solo que caer sobre una red de personas que te sostienen. Esa red te conecta con oportunidades, recursos y experiencias.
Tercero, moverse rápido. El tiempo es más valioso que el dinero. Si tienes una buena idea, el capital va a llegar, pero lo que no se recupera es el tiempo perdido.
ED: ¿Dónde pueden encontrarte las personas interesadas en Vexxel o en conectar contigo?
Pueden visitar nuestro sitio web vexxel.bio y también seguirnos en Instagram como @vexxel.bio. Mis redes personales son Mili Romano, tanto en LinkedIn como en Instagram. Estoy feliz de conectar con quienes quieran aprender más sobre nuestra tecnología o simplemente compartir ideas sobre emprendimiento. CO