La Certificación Orgánica Regenerativa (ROC, por sus siglas en inglés) es una garantía de que un producto o ingrediente alimenticio, textil o de cuidado personal, fue obtenido promoviendo la restauración de los ecosistemas, la salud del suelo, el bienestar animal y el respeto a las comunidades y trabajadores, a través de técnicas y procedimientos de cultivo y/o procesamiento que mitigan el impacto al cambio climático. Es el estándar más alto de agricultura orgánica en el mundo.
Se ha demostrado que la agricultura industrial contribuye con cerca del 25% de las emisiones de gases de efecto invernadero a escala mundial. Con tierras de cultivo libre de vegetación natural, se libera carbono y otros gases de efecto invernadero a la atmósfera, el suelo queda expuesto a la erosión y su funcionamiento se ve afectado, agravado a causa de los fenómenos meteorológicos extremos provocados por el calentamiento global.
Lo anterior se traduce en bajos rendimientos de producción y aumento de las condiciones extremas del clima. Esto quiere decir que, a mayor perturbación y degradación del suelo, mayor desbalance de nuestro ecosistema y menor disponibilidad de alimentos y recursos que necesitamos día con día.
La agricultura orgánica regenerativa tiene un enfoque holístico (que considera el “todo” en su conjunto) que trata las fincas como un ecosistema por lo que, a través de ella, se mimetiza a la naturaleza para secuestrar y almacenar carbono a lo largo del tiempo, incrementar la diversidad de microorganismos, aumentar la materia orgánica en el suelo e incrementar los rendimientos de producción.
La certificación ROC, creada en 2017 por la ROA (Regenerative Organic Alliance), busca combatir el cambio climático, reintegrar el todo (incluyéndonos) al sistema o ciclo natural que tenemos en común, garantizar estabilidad económica y procurar la equidad con los agricultores, ganaderos y trabajadores. Este estándar certifica predios o huertas, cooperativas o grupos de productores y empresas, para todas o una parte de sus operaciones, incluyendo cultivos, sacrificio animal, transporte y algunas instalaciones de procesamiento.
La categorización por niveles promueve que los productores generen mejoras continuas del manejo que dan a las tierras agrícolas. Además, para poder etiquetar bajo la certificación ROC, los productos deben contar con una certificación de producción orgánica USDA/NOP o equivalente, además de cumplir con las regulaciones locales, estatales y nacionales. Otras certificaciones pueden ser usadas para demostrar cumplimiento de los tres pilares del estándar (manejo del suelo, bienestar animal y derecho laboral), como: Demeter Biodynamic, Animal Welfare, Fair for life, entre otros.
Actualmente existen en el mundo más de 250 mil hectáreas certificadas con más de 300 cultivos, en países como México, Estados Unidos, Argentina, Congo, Ghana, India, Indonesia, entre otros. En el mercado se pueden encontrar estos productos entre 76 marcas autorizadas. Para obtener la certificación es necesario contactar con un agente certificador aprobado como Ecocert. Cualquier persona, grupo o empresa que elija certificarse o adquirir productos con la etiqueta ROC formará parte de la creación de un mundo más allá de la sustentabilidad, de la regeneración del planeta. CO